De acuerdo con un estudio de la Pew Reserch, en los Estados Unidos hubo en crecimiento en el número de personas que se denominan «no religiosos»; al mismo tiempo el número de personas que se denominan religiosos viene en descenso.
En este artículo quiero que conversemos sobre un tema que a muchos creyentes en dios —en especial para aquellos que tienen dudas sobre su existencia— podrían querer conocer, o quizá llegar a comprender sobre lo que es un proceso de deconversión.
Primero, para mis amigos que gustan del buen uso de las palabras, la palabra deconversión no existe, pero la utilizaremos para designar a una persona que un momento de su vida se «convirtió» a una fe —como podría ser al cristianismo—, pero después tomó la decisión de abandonar esa fe, es decir, se deconvirtió; este proceso dará sentido a aquellos que están dudando, pero no lo dará para quienes han crecido sin afiliación religiosa. Otro aspecto importante, es que en la deconversión se excluye a aquellas personas que solo están «enojadas» con dios y deciden alejarse; ellas no se han deconvertido, están enojadas así de sencillo.
Es normal para cualquier ser humano creyente llegar a dudar de su fe, en especial cuando cuestiona. Para muchos creyentes puede llegar a ser inconcebible que una persona abandone su fe, independiente de cuál esta sea. Para ser claro, al hablar de abandonar su fe me refiero a dejar en su totalidad la religión y denominarse ya sea un ateo, agnóstico, librepensador, humanista, entre otros.
El proceso de deconversión varía de persona a persona, sin embargo, existe un patrón que es claro: todo inicia por la curiosidad. Una persona creyente es adoctrinada en sus creencias desde pequeña. Una característica esencial —en especial de aquellos que nunca dudan— es la enseñanza de que a dios no se le cuestiona, y que lo único que se necesita es la fe; esta curiosidad lleva a realizarse preguntas como: ¿de verdad existe dios?, ¿por qué hay diferencia entre tantas religiones?, ¿es la mi libro sagrado una fuente confiable?, ¿puede la Biblia —si eres cristiano— demostrar que dios existe?, ¿podría estar equivocado en lo que pienso?, ¿por qué actuamos como actuamos?, ¿por qué para otras religiones yo estoy equivocado?... podría escribir más preguntas, lo clave aquí es: preguntar.
El segundo paso —si es que pudiéramos esquematizarlo en etapas— es no quedarse con la duda, así que se inicia a investigar; esto lleva a la persona a leer. Entre las lecturas que más interesan —en las que he leído que coincidimos en los «testimonios» de deconversión»— están: leer otros libros sagrados de otras religiones, desde las más antiguas hasta las actuales; leer sobre ciencia, en especial cosmología, la evolución; leer sobre psicología, el funcionamiento del pensamiento, la psicología social; leer sobre historia y antropología; y en especial leer a mayor detenimiento el propio libro sagrado. Es común que un ateo promedio conozca más de la Biblia que un cristiano promedio.
El tercer paso es una lucha interna. Como mencioné al inicio, desde pequeños hemos sido adoctrinados en creer sin cuestionar. El choque de nuestro cambio de pensamiento con las creencias, suelen provocar un sentimiento de culpa por ir en contra de las enseñanzas de nuestros padres. La persona puede experimentar un sentimiento de hipocresía al asistir a su templo y verse forzada a participar en los rituales como la oración. Un aspecto muy importante es el conocer el posible rechazo que se pueda llegar a tener, después de todo, vivimos en una sociedad donde los no religiosos son minoría. Poco a poco, se va aceptando que no se cree en lo mismo que antes, dependiendo del nivel de lectura, la persona empieza a ver las cosas «espirituales» desde una perspectiva diferente, algunos lo verán de forma científica, o de forma filosófica, cada caso es diferente, lo que es cierto es que la mente cambió en su totalidad.
El cuarto paso es la aceptación. Llega un momento en que cuando la persona escucha algo que antes la hacía dar gracias a dios, ahora lo cuestiona. Llega un momento en que mira a sus antiguas creencias como algo irrazonable, que no tiene lógica y comienza a ver a la fe como algo innecesario. Como lo diría Carl Sagan: «No quiero creer, quiero saber».
En un quinto paso. Viene el temor a expresar que ya no cree. Nuestra sociedad está llena de prejuicios; muchas personas tienden a rechazar y discriminar a aquellos que no tienen una religión porque son vistos como personas malas, que carecen de moralidad y no son de fiar. Es una sensación horrible porque se sabe que se perderán amistades, y aquellas que se conserven, la persona sabe que ya no disfrutará de las mismas actividades que hacían en la iglesia. El efecto social no es de menos, pero el peor es el familiar. Dan Barker fue un evangelista que se deconvirtió y se declaró ateo, su confesión lo llevo al divorcio y a perder muchas amistades.
En un sexto paso viene la lucha por la coherencia. La coherencia sabemos que es que nuestros sentimientos, pensamientos y acciones vayan al unísono. Al inicio cuando a la persona le pedían, por ejemplo, que hiciera una oración, el sentimiento de hipocresía era fuerte; pero ahora el decir con tranquilidad que no cree en eso, le da paz interna porque está siendo coherente. Poco a poco se va dando cuenta que entre más transparente sea su escepticismo o no creencias a los demás, le seguirá generando enemistades externas, pero... se ganará su amistad interna consigo mismo, por lo que tendrá paz interior.
En lo personal no me gustan las etiquetas de: evangélico, católico, ateo, hindú, agnóstico, judía, etc. Una vez eres etiquetado, las personas juzgan de acuerdo al prejuicio preconcebido. Si me he de denominar de alguna forma: soy humanista agnóstico.
Si tú estás pasando por un proceso de deconversión, y estás en la fase de la lucha interna... tan solo puedo decirte que no estás solo, habemos muchas personas que hemos dudado de nuestras creencias. Lo importante —a mí criterio— es que sepas que para ser una buena persona no es necesaria una religión. Yo quiero ser una buena persona porque es mi deseo serlo, nada más.
Por último, cualquier persona que pase por este proceso de deconversión hay algo que —en mi opinión— es muy importante: sé muy tolerante aunque los demás no lo sean contigo.
Déjame tus comentarios y/o preguntas.
Que pensás sobre los "fantasmas"?
ResponderEliminarQue son otra forma de describir eventos donde se desconoce la causa que lo produce.
EliminarA lo largo del tiempo la creencia en fantasmas ha ido disminuyendo paulatinamente.