Cinco razones que podrían ponerte a dudar sobre la existencia de dios



¿Por qué dudas de la existencia de dios? es una pregunta que me han realizado muchas veces, y he de decirlo, es una excelente pregunta, de la cual pueden desencadenarse algunas afirmaciones —sin hechos— como «tan solo necesitas tener fe».
Responder esta pregunta requiere tratar diferentes áreas, que al unirlas, dan la respuesta. Para iniciar necesitamos establecer cuál es el concepto de dios, o mejor dicho, sobre qué hipótesis de dios. Asumiendo que quien me lo pregunta es una persona cristiana, independiente del tipo de congregación al que asista, diré que es en el dios de la Biblia. 
Con este punto de partida definiré ciertas áreas que son las que necesitamos analizar; es importante comentar que con esto no pretendo probar la inexistencia —lo que se prueba son positivos no negativos— sino dar los aspectos del porqué de la duda de su existencia.
Los aspectos a los que quiero enfocarme son los siguientes: el cosmológico, antropológico,  biológico, sociológico y por sobre todo el neuropsicológico —neurociencia. Quiero hacer una aclaración, mi intención es mostrar las bases por las cuales —cualquier persona— puede llegar a dudar de la existencia de dios, no pretendo ser un «sabelotodo», ya que siempre habrá algo nuevo por aprender y muchísimas cosas por desaprender. 
En cada una de los puntos te dejaré algunos libros recomendados para que puedas tú ser quien se forme su propia opinión. Por cierto, sí he leído la biblia. 

 Cosmológico

En una ocasión escribí un artículo relacionado sobre el Big Ban y la historia de la creación bíblica. Desde la perspectiva cosmológica, o mejor dicho, de acuerdo con lo que conocemos al día de hoy sobre cómo funciona el universo, hemos podido conocer con mayor precisión cómo fue el origen de la tierra y de nuestro sistema solar.
Cada religión tiene su perspectiva de la cosmovisión, algunas se parecen mucho, por ejemplo si leemos la interpretación del génesis de la creación y la comparamos con la creación de acuerdo con quienes practican el hinduismo, veremos similitudes. No explicaré éstas para evitar extenderme, lo que es importante aquí es lo siguiente: el conocimiento de nuestro universo a cambiado siglo con siglo, se ha actualizado para descubrir cómo funciona nuestro universo; el conocimiento bíblico sigue siendo el mismo, sin cambio; entonces lo primero que me lleva a dudar es la incompatibilidad que hay de estos descubrimientos con lo que dice, por ejemplo, la Biblia.
Puedes leer:
  • Hawking, S. (1998). A Brief History of Time (10th anniversary ed.). Bantam.
  • Nye, B. (2014). Undeniable: Evolution and the Science of Creation (First Edition ed.). St. Martin’s Press.


 Antropológico

Cuando estudiamos el origen de las sociedades, encontramos que hay diversidad de creencias religiosas. Se inició con el animismo, con el politeísmo, el henoteísmo, hasta llegar a la creencia monoteísta. En el largo camino hasta llegar a la creencia de un solo dios tomó tiempo.
En la religión cristiana, por ejemplo, nació de la religión judía —que podríamos decir es hermana del islam—, pero la religión judía tuvo su origen en la religión cananea; ésta era politeísta.
Entre los dioses cananeos que existían estaba: Él, Ashtoret, Baal y uno que mis amigos cristianos reconocerán Yavé —también conocido como el dios de la guerra— quien fue el dios que tomó mayor relevancia para los judíos en ese entonces. El dios de los judíos tiene una fuente politeísta, de hecho muchas religiones politeístas tiene su propio dios de la guerra, pero en este caso en particular fue Yavé quien logró posicionarse en el lugar más alto.
A lo largo de la historia humana, nacieron lo que conocemos por mitos; los cuales son representaciones o historias sobre acontecimientos naturales, pero explicadas de una forma narrativa. La historia bíblica es un mito al igual que muchas otras historias. 
Otro aspecto interesante, la concepción de lo que es —o quien es— dios, varía de occidente a oriente. En occidente se ve la naturaleza como una representación de dios; en oriente se ve la naturaleza como algo absoluto de dios. Por eso los cristianos dicen que la naturaleza alaba a dios, pero los hindúes afirman que la naturaleza es dios.
Puedes leer:
  • Diamond, J. M. (1999). Guns, Germs, and Steel: The Fates of Human Societies. W. W. Norton & Company.
  • Armstrong, K. (1994). A History of God: The 4,000-Year Quest of Judaism, Christianity and Islam. Ballantine Books.


 Biológico

El ser humano es quien es en este momento del tiempo debido a un acontecimiento —o quizá sea mejor decir que es un proceso— al que conocemos como evolución. Uno de los personajes que «popularizó» el tema de la evolución fue Charles Darwin en su libro el origen de las especies. 
A partir de las investigaciones se Darwin, se ha avanzado en la comprensión de cómo se formó el ser humano. Es habitual que cuando menciono sobre el origen de las especies, muchas personas me salgan con frases como: «si el hombre viene del mono, porque todavía hay monos», «alguna vez has visto a un animal evolucionar», entre otras.
Con la primera pregunta, para iniciar el ser humano no proviene del mono, es más, tenemos más relación con los chimpancés. El ser humano y nuestros parientes más cercanos, provenimos de un antepasado en común, de ahí se formaron nuestros amigos peludos.
Con relación a la siguiente pregunta, existe evidencia que demuestra la evolución —sé que no soy un biólogo, pero he leído algunas investigaciones— por medio de los restos de animales. La ciencia se basa en observación, a partir de la cual establecen una hipótesis, de la cual aparece una teoría; esta última es probada con rigor para demostrar si es verdadera o no. Científicos como Richard Dawkins han afirmado que la evolución es un hecho, nos guste o no.
Puedes leer:
  • Darwin, C. (2003). The Origin of Species: 150th Anniversary Edition (Rep Anv ed.). Signet.
  • Dawkins, R. (2006). The Selfish Gene: 30th Anniversary Edition--with a new Introduction by the Author (30th Anniversary ed.). Oxford University Press.
  • Nye, B. (2014). Undeniable: Evolution and the Science of Creation (First Edition ed.). St. Martin’s Press. 
  • Dawkins, R. (2012). The Magic of Reality: How We Know What’s Really True (Reprint ed.). Free Press.


 Sociológico

Nuestra sociedad está conformada por grupos religiosos. Lo curioso es que cada grupo afirma que sus creencias son las correctas y que las demás no. Aquellas personas que pertenecen a una minoría llegan a sufrir de prejuicios en su contra, debido a que no pertenecen a la religión verdadera.
¿A qué quiero llegar con esto? Las creencias religiosas están determinadas por la sociedad en la que nace cada individuo. El concepto de dios es diferente en occidente y en oriente. Entonces, si dios es un absoluto ¿por qué no existe una definición global o —al menos— una sola religión?. Es como si todo el mundo se pusiera a discutir sobre la ley de la gravedad, donde todos difieren sin llegar a ningún consenso.
Una preocupación —de las muchas que hay— que tienen los creyentes es: «si no crees en dios, entonces ¿cómo te puedes considerar una persona moral?»; pues bien, la moralidad es una decisión personal. Hay personas morales que no creen en dios, así como hay personas morales que creen en dios; así mismo, hay personas inmorales que no creen en dios como personas inmorales que creen en dios.
Si la moralidad dependiera de la creencias en dios, entonces si hiciésemos una investigación en una cárcel, tendríamos que encontrar que la mayoría no cree en dios, pero la realidad es distinta.
Una pregunta que hago a las personas que me dicen que su moralidad viene de dios es la siguiente: si yo quito a dios de la ecuación de tu vida, ¿seguirías siendo la misma persona moral?; si la respuesta es «no», les digo que entonces no son alguien en quien yo pueda confiar.
Puedes leer:
  • Harris, S. (2011). The Moral Landscape: How Science Can Determine Human Values (Reprint ed.). Free Press.
  • Hitchens, C. (2012). The Missionary Position: Mother Teresa in Theory and Practice (0 ed.). Twelve.


 Neurociencia

Durante los últimos años ha existido un avance impresionante en el campo del entendimiento del cerebro humano. Como lo diría Swaab, somos nuestro cerebro, nos guste o no. Nuestro carácter, personalidad, talentos, inteligencia, sentimientos... proviene del cerebro.
Nuestra mente y la consciencia del «yo», son el resultado de los procesos del cerebro; si una persona llegara a sufrir algún daño en un área del cerebro que contra las emociones, dejaría de tener la capacidad de experimentarlas. 
Uno de los casos más conocidos es el de Pineas Cage, quien sufrió un accidente al estar trabajando. Un tubo de hierro le atravesó la cara y salió por la parte de arriba, un poco por arriba del ojo. 
Por aquellos azares del destino —algunos dirían que gracias a dios— Pineas no murió, pero dejó de ser la misma persona. Las personas que lo conocían comenzaron a decir que él se comportaba de otra manera, se convirtió en alguien sin la capacidad de sentir remordimiento.
¿Te puedes imaginar perder la capacidad de experimentar emociones? No es algo agradable, ni imaginable. En nuestro cerebro también se guardan nuestros recuerdos, la capacidad de amar, etc.; al conocer que somos nuestro cerebro, el concepto de alma deja de ser necesario porque no hay un lugar donde esta esté.
Puedes leer:
  • Swaab, D. F. (2014). We Are Our Brains: A Neurobiography of the Brain, from the Womb to Alzheimer’s (1 ed.). Spiegel & Grau.
  • Dehaene, S. (2014). Consciousness and the Brain: Deciphering How the Brain Codes Our Thoughts (Reprint ed.). Penguin Books.

Unas últimas palabras

Intenté ser muy breve en este artículo, pero me doy cuenta que llego cinco páginas. Este tema es muy interesante, con el cual podemos hablar horas y horas. 
Lo último que te quiero decir es: investiga, lee, ten una mente abierta, cuestiona lo que he escrito, ve a las fuentes que te dejo. 

Y por último: disfruta la vida tal y como es. Para que esperar disfrutar una vida posterior, de la cual no se sabe si existe en realidad.

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