El analfabetismo de la orientación sexual



El movimiento LGTB, sin duda uno de los temas que ha estado en los medios durante los últimos años. Un tema para muchos es controversial, para otros algo «indignante», para otros algo «inmoral»... pero para muchos es una forma de ganarse el valor que tienen como seres humanos. LGTB son las siglas en inglés para «Lesbians, Gays, Trans and Bisexual».

En lo personal considero que existe un analfabetismo científico sobre lo que es la  orientación sexual. He observado que la mayoría de personas —quisiera tener el dato estadístico— que están en contra de este tipo de movimientos, lo hacen con un fundamento religioso. En especial el cristianismo y el islam —basándose en sus libros «sagrados»— condenan a las personas con orientaciones diferentes. 

En el cristianismo las personas con orientaciones diferentes son consideradas una abominación. En el islam muchos son castigados, hasta pueden llegar a condenarlos a muerte. En otras palabras la religión los condena solo porque no está de acuerdo con que sean diferentes.

Asimismo, la ideología de que una persona se define solo por el sexo con el que nace, tiene un trasfondo cultural como lo indica Helgeson (2011) en su libro sobre la Psicología del Género. Estamos acostumbrados a ver a los hombres en «labores de hombres» y a mujeres en «labores de mujeres».

Durante algún tiempo yo también pensaba que el tema de la orientación sexual es una decisión, sin embargo esto cambió en la medida en la que fui aprendiendo más sobre el comportamiento humano. Quisiera poder decir que soy un experto en el tema. No lo soy, pero sí soy alguien quien está abierto para aprender.

Una de las primeras cosas que aprendí es que la sexualidad no está definida solo porque una persona tenga pene o vagina; esto lo que define es el sexo con el cual un ser humano nace. Por el momento no consideremos cuando una persona nace intersexual —con ambos órganos— ya que eso es una condición médica que debe tratarse con ética y responsabilidad.

El segundo aspecto que define la sexualidad de una persona es el sistema hormonal, las mujeres producen más estrógeno y los hombres más testosterona. El otro aspecto es nada más que nuestro cerebro.
De acuerdo con Swaab (2014) los cerebros definen la orientación y la identidad sexual de una persona, y no el sexo de la misma. Pudiera parecer confuso, pero en realidad no lo es.

La atracción sexual es un espectro donde una persona tiende a inclinarse más, una persona que en el espectro tiende a la heterosexualidad se inclinará por personas del sexo opuesto y viceversa. 

Los cerebros de una persona con orientación heterosexual son diferentes a los cerebros con una orientación homosexual; de ésta misma forma los cerebros de personas transgénero —también les llaman con disforia de género. Se podría decir que el cerebro tiene una configuración sobre la orientación e identidad sexual de una persona. 

Si es del cerebro de quien depende la orientación o identidad, ¿hasta qué punto es una decisión? Alguien una vez le preguntó a un hombre de una forma acertada: ¿es tu decisión que te gusten las mujeres? ¿o solo te gustan? 

Mi propósito con esta entrada es dejar una idea: los aspectos biológicos en la orientación e identidad sexual tienen más influencia que solo la decisión de una persona.

¿Cuál es mi postura? Mi postura es el derecho de un ser humano, independiente de sus creencias religiosas, orientación o identidad sexual, raza, etc. 

Antes de emitir un juicio contra una persona de orientación diferente, vale la pena educarnos al respecto, dejar a un lado nuestras creencias religiosas y centrarnos en los hechos biológicos que la determinan. 

P.S: Sé que más de uno se llegará a preguntar sobre mi orientación sexual, si satisface tu curiosidad me gustan mucho las mujeres. 

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Helgeson, V. (2011). Psychology of Gender: Fourth Edition (3rd ed.). Psychology Press.

Swaab, D. F. (2014). We Are Our Brains: A Neurobiography of the Brain, from the Womb to Alzheimer’s (1 ed.). Spiegel & Grau.

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